martes, 1 de diciembre de 2009

Una experiencia trágica en la vida de Bernini como transformación del anima.


"Quiso el Señor que viese algunas veces esta visión: veía un ángel cabe mí, hacia el lado izquierdo en forma corporal; lo que no suelo ver sino por maravilla... Esta visión quiso el Señor la viese así. No era grande, sino pequeño, hermoso muchacho, el rostro tan encendido que parecía de los ángeles muy subidos, que parece todos se abrasan... Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces y me llegaba hasta las entrañas. Al sacarle me parecía lo llevaba consigo y me dejaba abrasada toda en amor grande de Dios. Era tan grande el dolor, que me hacía dar aquellos quejidos; y tan excesiva la suavidad que me pone este grandísimo dolor, que no hay desear que se me quite, ni se contenta el alma con menos que Dios. No es dolor corporal, sino espiritual, aunque no deja de participar el cuerpo algo y aún harto."



Santa Teresa de Jesús. Libro de las misericordias divinas.





La confrontación con el anima aparece como una de las circunstancias fundamentales en el proceso de llegar a ser sí mismo. Las dificultades que se van desarrollando serán las que hacen al proceso de individuación. El arquetipo del anima entraña una problemática que por su carácter inconciente y extraño al varón hace que la relación con ella solo se perciba a través de las proyecciones y de las identificaciones, impidiendo ambas actitudes una asimilación que solo será posible a través de una toma de conciencia diferenciadora. El anima es la imagen inconciente de la mujer en el varón y uno de los arquetipos de mayor importancia ya que comprende al espacio virtual, la forma vacía que será llenada por las diversas mujeres que se han relacionado con el hombre, empezando por su madre, su familia y otras que ya hacen a lo exogámico, influencias culturales, ideas acerca de la mujer que tenga su padre y el medio con el cual que se vincula. Mundo oscuro que hace a lo interior y, por lo tanto, a lo conciente y externo.



Así el anima significa lo animoso, lo vital, lo que se mueve, dando lugar a estados afectivos que van desde las depresiones hasta las exaltaciones y llegando a crear un carácter delusivo a las relaciones con las mujeres cuando no su idealización.


El arte ha sido siempre por su cercanía con lo inconciente un medio de expresión del mundo imaginal arquetipico. Pero no es posible dejar de entenderlo también de manera personal ya que se enlaza con la vida y los sucesos de los artístas y que con la destreza técnica que los caracteriza, dan forma a aquello que en principio es informe e inconciente posibilitando elaborar y asimilar complicaciones psicopatológicas de su biografía. Además otorga un cauce a tendencias que subyacen a la sociedad de su época y sus cuestiones fundamentales.


Pero para nuestro tema nos centraremos en un hecho terrible que protagonizó el escultor Gian Lorenzo Bernini. Este nace en Nápoles el 7 de diciembre de 1598 y llega a Roma en1605, ciudad que ya nunca abandonará. Arquitécto genial es una de las figuras que dará forma a la Roma de los papas, la Roma barroca, con sus fuentes, baldaquines, columnatas, etc., siendo el artista oficial del Vaticano y de manera especial durante el pontificado de Urbano VIII. Vivía el exito alcanzado y un status de poder de gran importancia. Pero he aquí que hacia 1540 ocurre un suceso que va a trastocar ese personaje.


El artista convivía con Constaza Bonarelli, mujer casada con uno de sus ayudantes. Un día alguien le informa que cuando se iba de su casa su hermano ingresaba a la misma siendo recibido por Constanza, retirándose a las horas y antes de la llegada de Bernini. Ante esto Gian Lorenzo, un día, habiéndo simulado dejado su hogar se esconde en una casa cercana y confirma sus sospechas cuando ingresa a su casa y encuentra a su amante en brazos de su hermano. Así es que comienza a perseguir puñal en mano a aquel por las calles de Roma y que gracias a la intervención de quienes por allí transitaban impiden que le diera muerte habiéndolo golpeado antes muy duramente.


Pero aún quedaba un hecho más sangriento. Por la tarde contrata a un asesino a sueldo para que con un cuchillo le haga tajos en el rostro a Constanza Bonarelli. Por sucesos de tal magnitud interviene la justicia de Roma y condena a la herida Bonarelli a dos años de prisión por adulterio y a Bernini a pagar una pequeña multa en dinero. Sus contactos lo protegían ya que era amigo personal del papa.


Ahora bien, creemos que este hecho afectó profundamente a Bernini y en especial cuando un tiempo después se le encarga la construcción de dos torres para la fachada de la basílica de San Pedro. La obra se realiza pero al poco tiempo aparecen unas grietas que los expertos recomendarán la demolición de las mismas. Allí el artista pierde el favor del papa Inocencio X. Ante esto se recluye en su casa y entra en una depresión y en una enfermedad que no se dan detalles. Mientras tanto esculpe La Verdad que se entiende como un acto de penitencia.


Pensamos que los errores en la construcción de las torres son el resultado de aquel sangriento incidente con la Bonarelli y su hermano. Las torres, símbolos fálicos se caen, su falo y su mascara de omnipotencia e hybris también se agrieta, igualmente pierde el poder quien hasta hacía poco estaba impune. Los graves errores cometidos creemos que son una compensación de esta situación, de sentimientos de culpa y autocastigo que afloran. Además, su rival Borromini, es el nuevo arquitecto que el papa contrata.



Ahora bien, consideramos que estos hechos afectaron muy profundamente a Bernini y que esto conllevó un estado de meditación y reflexión y también de regresión. Pero he aquí que ante el fracaso una importante familia de Roma, los Cornaro, le encargan un conjunto escultórico que debía relatar el éxtasis de Santa Teresa de Jesús. Ahí plasmó una de sus mayores esculturas que concluye en 1652 y donde muestra la conjunción del éxtasis, tanto espiritual como sensual, ya que sus expresiones no son muy distantes del orgasmo sexual. Allí vemos al angel que apunta un dardo hacia la santa, siendo una clara representación de Cupido-Eros. Santa Teresa suspendida en el aire donde su hábito simula ser como unas ondas de agua que se mueven en su entrega amorosa.





Este suceso lo describe la santa en su biografía que escribe en 1562. Allí narra tal como lo transcribimos más arriba una experiencia extática cuyos componentes eróticos son manifiestos . En otras de sus obras como Las Moradas muestra un transcurrir por diferentes estancias de un castillo interior hasta llegar a un centro del mismo y en donde ocurre la unión y matrimonio místico con Jesús. El tema del amor, de la unión por el éxtasis eran centrales en esos momentos y recordamos a San Juan de la Cruz con su Subida al monte Carmelo que se basa en el Cantar de los cantares.


Así nuevamente se expresa la conjunción del Yo, de la conciencia con lo inconciente y que aparece personificado como anima o animus. Esto no es extraño al pensamiento religioso de todos los tiempos cuando hacen referencia a las hierogamias, la unión con el dios. Pero entonces es cuando ocurre una experiencia relativa a un proceso de unificación en que la conjunción con el anima/animus posibilita la relación del yo con lo inconciente colectivo estableciendo la vinculación entre los más variados pares de opuestos y en especial del yo con el si-mismo.



La flecha que arroja el ángel-Cupido fecunda, en el caso de la santa, por parte de su animus, lo que dará pie a un extraordinario proceso de desarrollo espiritual y de acción en el mundo de su época. Pero ¿qué pasa en Bernini? Pensamos que el trabajo que realiza implica todo aquello que representa su anima, tal como la capacidad creativa. Se instaura y se sublima una erótica que como en el caso de la Bonarelli, ya no llevará a situaciones trágicas. El Extasis de Santa Teresa posibilita un encuentro con el anima donde ya no se da una proyección sobre una mujer real sino que se torna experiencia interior asimilándo los contenidos de este arquetipo. La obra expresa lo nuevo, lo erótico, pero espiritualizado en que se establece una distancia diferenciadora con aquellos contenidos que antes fueron proyectados sobre la mujer amada en una pasión destructora. Justamente el colocar al anima en un objeto exterior desembaraza al sujeto del confrontarse con su mundo interno. Creemos que esto es central en esta escultura.




Así la integración del anima permite que, en primer término, el retiro de las proyecciones con todo el cúmulo de manifestaciones afectivas abrumadoras que sobre la mujer elegida se trasladan. Y en segundo lugar que aquello que aparecía externalizado se establece como una función de relación entre el yo y lo inconciente arquetipico, transmitiendo sus símbolos e imágenes. Pero este proceso se manifiesta y expresa en un busto que el artista crea en 1632 y que corresponde a Constanza. Ahí se percibe una mirada con ojos muy abiertos que es frecuente encontrarlas en personalidades de tipo histéricas, pero asimismo el miedo y el terror que se observan, ¿no estarían preanunciando aquellos hechos terribles que desfiguraron su rostro? ¿Era Constanza la atemorizada o era la proyección que hacía Bernini sobre ella y donde ya lo trágico se estaba incubando? ¿o en ambos?. A su vez se ve que en el autorretrato que el artista realiza en 1665 su mirada es muy semejante a la que aparece en el busto de la Bonarelli. Leonardo da Vinci decía que había una tendencia natural a dibujar modelos con los rasgos propios del artista y que debía estar alerta de esto. Así es que pensamos que el anima de Bernini toma forma en los rasgos de ese busto.




Así el tiempo transurrido del desgraciado suceso con la Bonarelli y la acción de esculpir posibilitó que se activaran toda una serie de estructuras arquetípicas que dieron la oportunidad de una toma de conciencia reflexiva, un meditar sobre su vida que manifiesta un cambio vital de importancia. Lo que antes estaba puesto en una mujer ahora vuelve como experiencia interior, el éxtasis que encontraba afuera ahora se lo vivencia desde adentro.



Así es que la transformación que se opera corresponde a un proceso energético de cambio que puede ser entendido como de muerte y transformación en donde la psique compensa las dificultades que surgen en su transcurrir y permite a través de la simbolización la superación de las mismas.

1 comentario:

  1. Muy interesante la reflexión, precisamente ayer 17 de diciembre de 2014 asistí a una conferencia sobre Bernini en el Museo del Prado y buscando más información he dado con este blog, y te doy la enhorabuena por él, aunque permíteme corregirte, de un pequeño lapsus, y es que el incidente con Constaza Bonarelli, no pudo ser hacia 1540 sino hacia 1640.

    Un cordial saludo.
    Mariano González

    Facebook: "UNED - Grandes obras del arte español del Renacimiento y el Barroco"

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