lunes, 9 de enero de 2012

Los vínculos familiares a través de "La tempestad" de Giorgione.

Giorgione: La tempestad (1507). 82 x 73 cms.


El arte a través de sus imágenes permite que las formas adquieran una multiplicidad de sentidos, de lecturas diversas y adquiriendo un carácter de símbolo. Así la pintura que realiza Giorgione (1478-1510), "La tempestad" (1507), nos servirá para intentar una aproximación a una obra que desde sus inicios postuló ya una variedad de interpretaciones y que van desde lo religioso a lo mitológico, a lo alquímico.
Por ello es que pensamos que, desde una particular perspectiva que hace a la psicología analítica, podemos intentar una reflexión sobre una temática dificultosa como es la de los vínculos familiares.
La pintura es una apertura a investigar su sentido, ya que podrá acercarnos a aquel fenómeno tan complejo. Allí se observa una atmósfera de misterio e indefinición, y por ello es que se hace tan atractiva, y en donde los personajes despliegan una llamativa singularidad, aunque siempre en una relación. Circunstancia que implica a un pintor, que a través de su arte abre a un espacio donde las imágenes y las dinámicas psíquicas pueden desplegarse y suscitando una investigación. Lo que ocurre en una familia es simbolizado a través de una forma que deviene anímica. Distancia y lugar para pensar.
Así a la izquierda, se ve a un joven de pie y sosteniendo una vara, con una chaqueta color roja mirando a una mujer desnuda que amamanta a un bebé. Cada uno de ellos mantiene un espacio propio y con funciones diferenciales. En el varón resalta en primer plano, un símbolo fálico como la vara y el color de su chaqueta, roja, que alude a lo masculino de la acción, de lo que abre camino, lo viril y solar. A su lado la mujer desnuda sentada sobre la tierra y llevando una cofia de color blanco-lunar, da de mamar al hijo.
Es interesante señalar como un río los separa, circunstancia que permite pensar que se establece una distancia simbólica y creativa entre ellos, donde cada cual desarrolla su propio ámbito psíquico sin fusiones alienantes. Situación que posibilita entender que pueden sobrevivir sin la presencia de un significante fálico que anula el desamparo.
Pero si se mira la profundidad del cuadro, es posible observar que sobre el río se muestra un puente, es decir aquello que une, que conecta al varón y a la mujer. Símbolo que hace transitar desde uno al otro sin perder su singularidad y que puedan acercarse uno al otro sin enajenarse.
Asimismo el agua que fluye indica la vida, la temporalidad que discurre sin fijezas repetitivas que conforman la pervivencia de vínculos no elaborados con la familias de origen y que impiden un transito o pasaje a lo creativo de la relación, e imaginando lo distinto a partir de la falta de una completud perdida. De lo contrario el partenaire pasa a ser buscado para intentar restituír una fractura primigenia, dejando de ser percibido como un otro, y sí como el soporte de lo fantasmático que tiende a la fusión con un Todo ilusorio.
Ahora bien, las figuras están dentro de un paisaje, tema que en Giorgione lo convierte en una novedad en la historia de la pintura, dándole la centralidad a lo arquetípico femenino-materno, pero también a lo masculino paterno, en ese rayo que ilumina el cielo. Palabra, logos, ley que fecunda a la naturaleza. Apertura de lo cerrado, iluminación de lo oscuro, legalización de la exuberancia.
Inicio de una tempestad que gesta, que cambia lo que deviene en instancia tercera y que aparece ante el varón y la mujer, posibilitando el acceso a un nuevo tiempo que está simbolizado por el bebé. Salida de lo circular, de lo mismo y donde lo natural se culturiza. Funciones de sustento, del eros de la mujer junto a lo discriminante, a lo que corta del varón como metáfora paterna.
La pareja no se fusiona en un registro imaginario-dual, sino que la relación es simbolizada a través del rayo-padre-palabra-logos. Novedad del vínculo en donde no se busca restaurar a a un otro primigenio y arcaico, sino que los cuerpos se expresan como desarrollo y proyecto, sin alienaciones de lo igual. Hombre y mujer que devienen padre y madre con un hijo que se manifiesta como lo porvenir, como la posibilidad de lo nuevo y creativo. Ämbito de lo humano en que el símbolo trasciende las dicotomías de la naturaleza y la cultura, estableciendo puentes y haciéndo fecunda la reflexión sobre un tema eterno como es la familia.